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Amanacer Bajo los Puentes

Una obra de Armando Tejada Gómez llevada al teatro. Pero esta vez, los protagonistas no son actores profesionales, sino chicos de la calle. A través de los relatos de un vecino de Ballester, Daniel Meseguer, veremos otro Amanecer.

“Por naturaleza siempre soñé con ser actor, algo dentro de mi corazón me decía que tenía que serlo, siempre lo tuve muy claro”, afirma Daniel Meseguer, un ballesterense de pura cepa. Su abuelo desembarcó en Chilavert proveniente desde Francia en 1908, y tras enamorarse de una argentina, nace quien más tarde sería su padre. Daniel cuenta: “Mi padre no fue un chico en la calle pero sí, de la calle. Fue un niño trabajador, por necesidad”. La vida lo llevó a conocer a una familia de muchos años de Ballester, los fundadores de la primera fábrica de fideos La Merced, ubicada en Lacroze esquina General Paz, hoy en día su vivienda y lugar de encuentro para esta entrevista. Empezó a trabajar para esta gente que más tarde, prácticamente lo adopta, le da una muy buena educación y le deja esta propiedad que con los años heredaría Daniel.

Gracias al esfuerzo de sus padres, asistió al Colegio Höelters donde recibe una muy buena educación, muy estricta por cierto. Nos relata remontándose en el tiempo: “Me di cuenta de lo que quería estando dentro de ese colegio.

Siempre nos ayudaron muchísimo respecto al arte y la cultura”. Y así fue que participó en todas las obras de teatro del colegio, junto a Miguel Abud y Alejandro Awada. La secundaria la terminó en el Colegio Mariano Moreno de San Martín donde conoce otra realidad. Empezó a hacer teatro vocacional con algunos compañeros y luego a estudiar en una escuela de teatro. A partir de ahí, su dedicación constante al mundo de la actuación, la producción de espectáculos infantiles y de comedias musicales. También la televisión llega a su vida, haciendo comerciales de conocidas marcas y actuando con los tres capocómicos de aquel momento: el “Gordo” Porcel, Jorge Luz y Tristán. En teatro, por ejemplo en el Maipo, participó en revistas, formó un trío cómico llamado La escalera, que luego pasó a ser el dúo Los dos escalones, con el cual compartió escenario junto a Darío Vittori en la Costa Atlántica.

Paralelamente, disfrazado de payaso, llevaba una sonrisa a los hospitales y hacía espectáculos preventivos en jardines de infantes carenciados por medio de una performance de treinta minutos. A través de un sketch cómico se les explica cómo prevenir determinadas enfermedades, y los chicos se ríen y participan. Meseguer tomó contacto por primera vez con el arte social en 1988 en Brasil y lo describe así: “Los brasileños tienen una capacidad increíble para lo que es arte social, ya hablaban de integrar chicos de la calle. Observé cómo trabajaban en las favelas con la cultura del más necesitado”.

Años más tarde, trabajando en el Teatro Colón (un sueño cumplido) se encontró con un compañero que le contó que era parte de la Comisión Directiva de una Asociación Civil (que luego pasó a ser una ONG) y lo invitó a participar. Era un proyecto en el que se estaba trabajando en la integración de chicos de la calle al arte, al que denominaron Amanecer. Daniel observó el trabajo social que hacía esta gente y conoció a su presidente, Franco Guili a quien describe como un artista con una capacidad literaria única, que además es abogado. Guili formó una comisión directiva de todos artistas, donde aún participa como voluntario nuestro vecino, generó el proyecto Amanecer y presentó “Amanecer bajo los puentes”, la obra de Armando Tejada Gómez. Un día, en Constitución, un chico de la calle se le acerca a Franco y le dice, mientras come un pancho, que él soñaba con ser actor, y Guili le dijo “vení, vos sos el protagonista”, y lo dirigió en esa obra.

Armando Tejada Gómez, fue un chico de la calle nacido en Mendoza, se crió en un puente, era analfabeto, y llegó a escribir su vida en esta obra poética a la que denominó Amanecer bajo los puentes, que se tradujo a 19 idiomas. El protagonista traía un montón de chicos de la calle y la obra de teatro pasó a ser una familia. Daniel recuerda: “El problema que notamos fue que los chicos, después de esa magia que le dábamos por unas horas, volvían a un baño, a la prostitución, etc”. Entonces, decidieron formar una Institución (Amanecer) registrada en todos los organismos pertinentes, declarada de interés cultural y social por Presidencia de la Nación, y apoyada por distintas entidades tanto nacionales como internacionales.

Con orgullo, pero con un tono de indignación y desilusión, Meseguer relata: “Este proyecto sale de San Martín. Franco Guili estaba trabajando en Villa Piaggio y se encontró con gobernantes que manejaban presupuestos impresionantes pero no escuchaban sus proyectos. Gracias a que acá no nos dieron un apoyo concreto, pudimos lograr lo que logramos, fuimos al Gobierno de la Ciudad, entendieron y colaboraron”. Cuando se formó Amanecer, llevaron a los chicos a una casa de Del Viso y empezaron a generarles proyectos culturales y sociales, llevándolos a la escuela, haciendo teatro, plástica y diferentes disciplinas artísticas. Siempre consideraron que el hogar de cada niño es su familia, por eso se propusieron que el paso por la educación y la cultura sea un cambio para cada chico y que él mismo provoque un cambio en su hogar. Amanecer es una casa-taller -hoy ubicada en Capital, en Mazza y Belgrano- donde diferentes artistas capacitan a los menores para que puedan transformar la cultura a un arte social productivo, desde lo que ellos elijan ser: pintores, fotógrafos, payasos o malabaristas.

Otra gran iniciativa de Amanecer fue la implementación del Móvil Sanitario para Chicos en Situación de Calle. Se trata de un programa de atención primaria que el gobierno porteño lleva adelante hace ya un año. Es una especie de “salita rodante” que de lunes a viernes de 17 a 20 hs atiende en distintos barrios de la ciudad. Los operadores juveniles, entre los cuales se encuentran chicos que vivían en la calle y ahora ya no, recorren las estaciones de trenes y subtes para incentivar a los menores a que se acerquen al móvil para controlarse.

Actualmente, la entidad tiene varios proyectos, entre los cuales se encuentra la formación de Narices Rojas como una integración al circo y la creación del primer Centro Cultural de Integración por el Arte, con el objetivo de formar a chicos de la calle en diferentes disciplinas artísticas. Daniel Meseguer nos cuenta que también están teniendo reuniones con la gente del CEAMSE, con Lorena, coordinadora de un asentamiento ubicado allí, para generar un proyecto socio-cultural desde ese lugar. “Siempre habrá un Amanecer, mientras exista alguien que ayude a salir el sol, para otros”.

Alejandra Cinquemani - Julio 2004.

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