sábado

Cartas de Lectores

Voluntades Asociadas
Los seres humanos tenemos la capacidad de construir una casa. Para ello, necesitamos de muchas manos para colocar ladrillos y de tiempo para llevar la tarea a cabo. Con esta idea, queremos transmitir que habiendo una necesidad y ganas de ayudar (colocar un ladrillo) lo ideal es hacerlo en Instituciones creadas y con trayectoria, dedicadas a ayudar a quien más lo necesite.
¿Qué pasaría si cada uno lleva un ladrillo a un lado distinto? No lograríamos llegar al objetivo en común que es construir la casa. Esa misma que quizás, pueda albergar a chicos abandonados, desnutridos, etc. Y cuanto más ladrillos tenga y más gente ponga su hombro, más fuerte será y no podrá ser derrumbada tan sencillamente.
Indudablemente, no será fácil construir, nos llevará tiempo y esfuerzo, los mismos que tienen estas instituciones que muchas veces no se encuentran preparadas para las distintas situaciones que se deben enfrentar.
Por eso, la Cruz Roja ofrece, a todos aquellos que quieran colocar un ladrillo, un lugar. Primero, para que nos conozcan y segundo, para darles una mano en AYUDAR A LAS PERSONAS MÁS VULNERABLES, teniendo como recompensa la satisfacción de la labor cumplida y les aseguramos es inmensa.
Estamos necesitando todo tipo de ayuda.
Contáctenos al 4755-1450 o al correo electrónico s-andres@cruzroja.org.ar.
Acérquese y sea uno más en esta gran tarea de ayudar a quien más lo necesita.
Cruz Roja Argentina
Filial San Andrés - Riobamba 263.


Mis sentires
Estos son algunos de mis sentires, los cuales hacen que mi vida me dé muchas ganas de vivirla.
Haber visto nacer el sol en Península de Valdés, y haber visto la vida totalmente desnuda, y no fue dolor.
Haber sostenido a un pájaro herido en la palma de mi mano, y haber sentido la vida toda temblarse, y en ese temblor, saberme VIVO.
Haber vivenciado el milagro inexplicable de de haber sido acariciado.
Heber visto en mis padres que el AMOR lo puede todo, incluso la MUERTE.
Guillermo Naím
Villa Ballester


Luna de Avellaneda
Una película que penetra en el corazón del espectador, sin golpes bajos rechazables. Hay un intento de unir realidades dolorosas, junto a los valores del barrio, de las cuadras de todos los días. La decadencia de un club y un proyecto de transformarlo en centro cultural y restaurantes para salvar de una deuda municipal a la institución tan querida. Entremezclados amorosos, con fidelidades y triángulos no tan disimulados. Sin duda, Ricardo Darín y Mercedes Morán en papeles indiscutibles y el res-to del elenco construye una arquitectura justa. La fotografía de Daniel Shulman, siempre en climas exactos.
He disfrutado de esta película en la cómoda sala José Hernández.
Marcelo Ballestrasse
San Martín



Septiembre 2004.

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