Amanece en Ballester, es una mañana fresca de un verano que está dejando paso a su fiel seguidor: el otoño. Empacamos rápidamente, pero sin olvidarnos del set de mate. Siempre tomamos mate en la ruta. Esta vez serán cuatro horas, exactamente 360 km a una velocidad crucero de 110, hacia el suroeste de nuestra inmensa provincia de Buenos Aires. El camino ya está definido y claro. Autovía a Cañuelas, Ruta Nacional 3 para empalmar con la provincial 30. Unos 10 km por la 226 y estaremos disfrutando de los aires puros de Tandil. Destino que elegimos esta oportunidad para despejarnos un poco de nuestras rutinas, de nuestras preocupaciones, de nuestro ritmo vertiginoso en el que estamos envueltos en la ciudad.
A través del sitio www.tandilcomercial.com.ar reservamos una apacible y tranquila cabaña al pie de las sierras, donde, aun en los días en que el sol derrite las calles empedradas de la ciudad, corre una suave y fresca brisa a las sombras de pinares antiguos. La cabaña está completamente equipada con heladera, cocina, microondas, televisión con cable satelital, vajilla y parrilla. La mejor carne de la zona espera ser asada al fuego lento y gustoso de la leña.
Sabemos que en Tandil nos espera la belleza y tranquilidad del Lago y Dique del Fuerte, un circuito perfecto para amantes del footing, de las actividades acuáticas y de la pesca de pejerreyes. Al sur del lago se encuentra el Balneario del Sol, un complejo con espacios verdes y piletas de natación para todas las edades y necesidades.
También conocemos de la mística de Monte Calvario. Un Cristo de 22 metros de alto que resplandece al contraluz del poniente sol cada viernes santo, da muestra de una obra arquitectónica llena de belleza y fe. El paseo previo por el vía crucis es una imperdible caminata ascendente al cubierto de una frondosa arboleda.
Desde el cerro del Parque Independencia, a 286 mts de altura, apreciaremos como la incipiente construcción tandilera levanta hermosos edificios en una ciudad que alberga casi a 180 mil habitantes. Desde el mirador del Castillo Morisco, obtendremos dos inolvidables panorámicas de la ciudad, una de día y otra de noche.
Entre otras razones, estamos visitando Tandil para saborear las delicias y sabores de los mejores embutidos artesanales de la zona. Disfrutar de las picadas de las más diversas variedades, acompañadas con la más gustosa cerveza artesanal, en un lugar tranquilo como “Solo picadas” o tan lleno de historia y tradición como “Época de quesos”, sólo se lo hace en esta ciudad serrana.
Tandil nos atrajo, Tandil nos gustó, Tandil nos espera, porque luego de este viaje lo volveremos a visitar. Siempre será tan lindo, tan cerca, Tandil.
Gabriel Spinazzola - Marzo 2004.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario