El paso efectivo del tiempo nos lleva a hacer nuestro balance sobre lo realizado, para determinar si los objetivos planteados han arribado a ese placentero puerto llamado cumplimiento. Afortunadamente, hay lugar para entender dónde el camino pudo haberse desviado hacia otros rumbos, no siempre menos alegres que los perseguidos desde la partida.
A lo largo de este año hemos contado con el apoyo y con la colaboración de seres maravillosos, quienes hicieron de Valor un proyecto tangible. Nuestros amigos escritores, que nos sorprenden con sus genialidades y nos mantienen en vilo al cierre de cada edición; nuestros amigos en el exterior, que se contactan con sus afectos, con el mate y el dulce de leche, en cada párrafo que escriben; nuestros amigos anunciantes, que financian con sus avisos cada una de estas páginas; nuestros amigos repartidores, que desinteresadamente llevan Valor a todos lados; nuestros amigos imprenteros, en especial Dieter, a quien debemos la calidad de la revista; nuestros amigos de los distintos centros culturales y entidades sociales, que nos apoyan y nos abren sus puertas haciéndonos sentir como en casa; y fundamentalmente, nuestros amigos lectores, principio y fin de cada número, son todos merecedores de un gigantesco gracias. Sin ellos, estas páginas no tendrían sustento, no tendrían inspiración, no tendrían valor y nunca jamás hubieran visto la luz.
Revista Valor nació por una necesidad de dos jóvenes que sueñan con ciertas utopías, que creen que es preciso participar en forma activa en nuestra comunidad, que entienden que es necesario dar a conocer que en nuestro barrio hay cine, teatro, danzas y diversas actividades culturales de gran nivel.
El silencio, el conformismo, las críticas espúreas, sin considerar nuestras propias responsabilidades, entorpecen, frenan y confunden a otras almas, a las de bien, a las que defienden y se juegan por sus sueños.
Este editorial se titula “Lágrimas”, debido a que el pasado primero de octubre, en oportunidad de celebrarse la jura de una nueva promoción de egresados del Curso de Técnicas Básicas de Primeros Auxilios de la Cruz Roja Filial San Andrés, la coordinadora del Cuerpo de Socorro distinguiera a Revista Valor con un diploma de Reconocimiento a la valiosa colaboración en la tarea voluntaria. Y justamente fueron lágrimas las que brotaron de aquellos dos jóvenes sentados en las gradas. Lágrimas de alegría, de satisfacción, de orgullo. Lágrimas por haber llegado a ese hermoso puerto llamado cumplimiento.
Noviembre 2004.
A lo largo de este año hemos contado con el apoyo y con la colaboración de seres maravillosos, quienes hicieron de Valor un proyecto tangible. Nuestros amigos escritores, que nos sorprenden con sus genialidades y nos mantienen en vilo al cierre de cada edición; nuestros amigos en el exterior, que se contactan con sus afectos, con el mate y el dulce de leche, en cada párrafo que escriben; nuestros amigos anunciantes, que financian con sus avisos cada una de estas páginas; nuestros amigos repartidores, que desinteresadamente llevan Valor a todos lados; nuestros amigos imprenteros, en especial Dieter, a quien debemos la calidad de la revista; nuestros amigos de los distintos centros culturales y entidades sociales, que nos apoyan y nos abren sus puertas haciéndonos sentir como en casa; y fundamentalmente, nuestros amigos lectores, principio y fin de cada número, son todos merecedores de un gigantesco gracias. Sin ellos, estas páginas no tendrían sustento, no tendrían inspiración, no tendrían valor y nunca jamás hubieran visto la luz.
Revista Valor nació por una necesidad de dos jóvenes que sueñan con ciertas utopías, que creen que es preciso participar en forma activa en nuestra comunidad, que entienden que es necesario dar a conocer que en nuestro barrio hay cine, teatro, danzas y diversas actividades culturales de gran nivel.
El silencio, el conformismo, las críticas espúreas, sin considerar nuestras propias responsabilidades, entorpecen, frenan y confunden a otras almas, a las de bien, a las que defienden y se juegan por sus sueños.
Este editorial se titula “Lágrimas”, debido a que el pasado primero de octubre, en oportunidad de celebrarse la jura de una nueva promoción de egresados del Curso de Técnicas Básicas de Primeros Auxilios de la Cruz Roja Filial San Andrés, la coordinadora del Cuerpo de Socorro distinguiera a Revista Valor con un diploma de Reconocimiento a la valiosa colaboración en la tarea voluntaria. Y justamente fueron lágrimas las que brotaron de aquellos dos jóvenes sentados en las gradas. Lágrimas de alegría, de satisfacción, de orgullo. Lágrimas por haber llegado a ese hermoso puerto llamado cumplimiento.
Noviembre 2004.
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