miércoles

No-Voto

Elegir cuando no hay opción, ¿es elegir? Se escucha que a los jóvenes no les interesa la política. Quizá sea un argumento para segregar mentes nuevas de viejos seniles aferrados a un dominio de masas ya conseguido.

Durante este último tiempo, las inquietudes se hicieron mucho más presentes en mi vida. Antes me quejaba porque no las tenía, porque vivía de una manera mecánica, porque las cosas eran así y punto. Ahora me quejo porque no tengo demasiadas respuestas y, a la vez, es algo que moviliza a seguir dudando y preguntando. Siempre busqué mucho fundamento, necesitaba libros que me den soluciones, citar a autores en mi discurso, creyendo que así iba a tener más valor. Pero creo que lo más valioso, y lo que me enciende hoy, es hablar desde lo que llevo dentro, desde mi ingenuidad, mi juventud y mis sueños. Es por eso que acepté este viaje de la escritura y de la transmisión. Espero se animen a transitarlo, lejos de querer convencerlos de algo. O quizá sí, al final del viaje veremos.

Si las inquietudes estaban presentes, hoy a días de las elecciones presidenciales, golpean mucho más fuerte mi cabeza. A pesar del sol y la primavera, existe una sensación de malestar en el ambiente (más de la que suele haber en la hermosa y estresante Ciudad de Buenos Aires). Viajar en tren no fue igual que otras veces. Se respiraba un aire con mezcla de preocupación y confusión ¡Qué extraño! Si tenemos la oportunidad de votar y sentirnos libres en nuestra elección. Vamos a estar decidiendo qué es lo que queremos para nuestro país de manera democrática. ¿Vamos a estar decidiendo? Por lo que recuerdo, han pasado muchas elecciones y siempre se mantuvo en pie el mismo discurso: la votación es la única manera de participar y de forjar entre todos un nuevo país. Entonces, es evidente que algo falló en todo este tiempo.

La grieta se abrió hace mucho y cava un pozo cada vez más profundo. La abrimos cuando, justamente, dejamos de decidir por nosotros mismos, como pueblo, y comenzamos a delegar en una sola persona nuestro presente y futuro. Más allá de que así lo creo, vale esta cita de Errico Malatesta, que reafirma mi pensar: "Cualquier gobierno -el parlamento inclusive- no sólo es impotente para resolver la cuestión social y armonizar y satisfacer los intereses de todos, sino que constituye por sí mismo una clase privilegiada con ideas, pasiones e intereses contrarios a los del pueblo mismo". Sospecho, entonces, que esta democracia es una farsa. La cita más gráfica es la vida cotidiana, cuando los nenes te extienden la mano, no para jugar a la ronda sino para pedirte una moneda porque NO TIENEN TRABAJO para ayudar a sus familias; cuando sentimos miedo hasta de nuestra propia sombra; cuando salimos a la calle a manifestarnos, nos matan a un maestro; donde, cuando, aún sangrante la herida de la dictadura y en pleno enjuiciamiento de los criminales, desaparecen a Julio López; cuando asesinan de la forma más cruel a Kosteki y a Santillán. Además, donde existe la violencia silenciosa que ejerce el estado sobre nosotros: con el viaje en tren como vacas, con los call-centers, con el tomate como oro, con sacar la basura y separar el cartón. Cuestiones que se convirtieron en un paisaje típico y que aceptamos con total naturalidad ¿Eso es la democracia? Eso es el gobierno de Kirchner.

Más allá del presidente de turno, este sistema electoral hace que perdamos la fuerza que nos une como pueblo, hace que nos quedemos de brazos cruzados viendo como las mentiras y las promesas van y vienen, como ellos sonríen y festejan la victoria de tener en sus manos el poder para seguir reproduciendo el sistema de dominación. Utilizan la democracia para que sigamos legitimando al Estado, que no es más que unos pocos con poder, beneficiándose de la opresión de los muchos de abajo. Insisto con Malatesta: "Acostumbrar al pueblo a delegar en otros la conquista y la defensa de sus derechos es el modo más seguro de dejar vía libre al arbitrio de los gobernantes". ¿Cómo podemos pensar que personas con esa mentalidad represora, ambiciosa de poder puedan ser vectores de la libertad, la justicia y la igualdad? Como leí hace poco, no debemos pedir permiso para ser libres.

Pero ese aire extraño que respiré me hizo sentir que lo que hoy escribo no son ideas locas arrancadas de un sueño (o de una pesadilla), sino que son pensamientos que la mayoría tiene. No creo que haber planteado nada fuera de la realidad. Inevitablemente, me remonto a seis años atrás cuando un aire a revolución comenzaba a soplar. Sobre el 19 y 20 de Diciembre se pueden discutir muchas cosas, pero hay una que es cierta y que todos vimos y sentimos: el pueblo salió a tomar las calles, sin banderas, sin autoridad, a gritos de "piquete y cacerola, la lucha es una sola", reunidos en asamblea, auto organizándose, el pueblo unido. Fue una de las manifestaciones más naturales y genuinas que viví. El mismo sentimiento corresponde a la acción del estado: REPRIMIR, lo más genuino y natural que puede hacer. Y así calmo a las fieras, las domó nuevamente, aunque no a todas.

Desde aquí, con esta mínima luz de rebelión es que elijo IMPUGNAR mi voto, para que reaccionemos contra la reacción, para no dejar que manipulen mi supuesta libertad (porque hasta las encuestas y el conteo de votos son una farsa), para demostrarles que puedo ser libre y porque quiero que confiemos en nosotros, en nuestro poder de decisión por nosotros mismos, la autogestión. Gane quien gane, el pueblo pierde. ¿Qué elección tengo? ELIJO LA LIBERTAD LA IGUALDAD Y LA JUSTICIA PARA TODOS.

Para finalizar ¿o debiera decir para comenzar?, un texto de Pierre Joseph Proudhon (1809-1865). El 28 de octubre, estas palabras estarán dentro de mi sobre, porque comparto mi no-voto con todos ustedes; ¿por qué tiene que ser secreto el voto?

SER GOBERNADO SIGNIFICA SER VIGILADO, inspeccionado, espiado, dirigido, legislado, reglamentado, encasillado, adoctrinado, sermoneado, fiscalizado, estimado, apreciado, censurado, mandado por seres que no tienen ni título, ni ciencia, ni la virtud. Ser gobernado significa, con motivo de cada operación, en cada transacción, ser anotado, registrado, censado, tarifado, timbrado, tallado, cotizado, patentado, licenciado, autorizado, apostillado, amonestado, contenido, reformado, enmendado y detenido. Es, bajo el pretexto de utilidad pública y en nombre del interés general, ser expuesto a contribución, ejercido, desollado, explotado, monopolizado, depredado, mistificado, robado; luego, al menor movimiento de resistencia, a la menor palabra de protesta, reprimido, multado, vilipendiado, vejado, acosado, maltratado, aporreado, desarmado, agarrotado, encarcelado, fusilado, ametrallado, juzgado, condenado, deportado, sacrificado, vendido, traicionado y para colmo, burlado, ridiculizado, ultrajado y deshonrado. ¡He aquí el gobierno, he aquí su moralidad, he aquí su justicia!

Cintia Spinazzola - Octubre 2007.

Links para seguir pensando:

www.antielectoral.tk


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2 comentarios:

Anónimo dijo...

Te felicito por el artículo y por la posibilidad que te das a vos misma de replantear, de indagar, de dejar fluir tus inquietudes.
Comparto algunas cosas y otras no tanto, lo bueno de esto, me parece, es el intercambio de ideas, la construcción, el debate, siempre en un marco de respeto.

Anónimo dijo...

Hola Cintia,

Quería felicitarte por la revista. Estuve mirando el blog y está bueno. Me gustó tu nota (Es muy tuya!).

Mandale mis falicitaciones a tu hermano y a Ale que, si mal no recuerdo, también etaba en esto.

Abrazo.