Malvinas es una asignatura pendiente. Para el gobierno argentino, sin diferenciar en signos políticos. Toda la democracia le ha dado la espalda al tema. Pero la materia pendiente también es para la sociedad, que lenta y peligrosa, está enterrando las causas y consecuencias de la Guerra en el arcón del olvido. Los Veteranos de Guerra por Malvinas han pasado por varios estadios, desde la negación social, pasando por ser tratados de golpistas, hasta la nefasta censura por parte del actual gobierno en el último acto del pasado 2 de abril. El Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra de Malvinas, los veteranos no tuvieron voz.
El ahogo eterno de los reclamos por condiciones sociales acorde a los estándares internacionales en lo que respecta a derechos por ser veterano de guerra sigue en busca de una devolución sincera, real y posible. Una búsqueda que se pierde en los laberintos intrincados de la burocracia, la corrupción y el olvido.
El objetivo de este número está cumplido, desempolvarnos de nuestra propia ignorancia y ofrecer, a corazón abierto, la pequeña dosis de luz que brilla fugaz en medio de tanta oscuridad. Necesitamos más luces que superen la nuestra, para que la claridad, algún día, sea total.
Un último párrafo es obligatorio. Es el párrafo que invita al disenso o al consenso, respetuoso y cordial, con la aclaración previa que toda afirmación vertida en este espacio virtual puede estar sujeta a revisión en cuanto aquellas luces solicitadas se enciendan. Nadie es dueño de los interruptores, ni de las lámparas. La luz la haremos entre todos. Otro humilde aporte para que caiga otra lámina de oscuridad, para que Malvinas deje ser una asignatura pendiente.
Abril 2008.
El ahogo eterno de los reclamos por condiciones sociales acorde a los estándares internacionales en lo que respecta a derechos por ser veterano de guerra sigue en busca de una devolución sincera, real y posible. Una búsqueda que se pierde en los laberintos intrincados de la burocracia, la corrupción y el olvido.
El objetivo de este número está cumplido, desempolvarnos de nuestra propia ignorancia y ofrecer, a corazón abierto, la pequeña dosis de luz que brilla fugaz en medio de tanta oscuridad. Necesitamos más luces que superen la nuestra, para que la claridad, algún día, sea total.
Un último párrafo es obligatorio. Es el párrafo que invita al disenso o al consenso, respetuoso y cordial, con la aclaración previa que toda afirmación vertida en este espacio virtual puede estar sujeta a revisión en cuanto aquellas luces solicitadas se enciendan. Nadie es dueño de los interruptores, ni de las lámparas. La luz la haremos entre todos. Otro humilde aporte para que caiga otra lámina de oscuridad, para que Malvinas deje ser una asignatura pendiente.
Abril 2008.
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