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Un Hombre, Un Héroe

Antonio Emilio Flacón, Veterano de Guerra por Malvinas, autor del libro "Ángeles sobre la Turba", presidente de la Asociación Casa Héroes de Malvinas del Partido de General San Martín, convencido de que su lucha vencerá al olvido.

Antonio Emilio Falcón es un hombre, es más que eso, es un héroe. En 1982, como otros miles de jóvenes tendría el orgullo de defender la bandera y la soberanía de nuestra patria. Se deslizaría por el aire en defensa del celeste enarbolado, allá, en lo alto. Poco importarían los porqués o los quiénes. Hoy, casi veintiséis años después de la rendición argentina de junio de 1982, sigue creyendo que la Gesta valió la pena. Entre su juventud de años de aquella década del ochenta, y su juventud de lucha de este dos mil ocho, existen muchos mares navegados, cielos abatidos y tierras marchadas.

Navegar nunca es fácil, menos cuando los capitanes del navío no encuentran el norte. Antonio luchó en Malvinas. Dios le regaló la oportunidad de volver. Esa oportunidad, entiende él, está ofertada a convertirse en vocero de todos los compañeros que encontraron su destino final en la gélida tierra malvinense o las aguas profundas del sur. Así, sin descansos, ha luchado, lucha y luchará para que los gritos de verdad, que continúan girando en los vientos sureños, encuentren un eco en la ciudadanía argentina. Sabe que toda el agua que alguna vez bañaron las costas de la Isla Soledad, se mezclará con el marrón del Río de la Plata. Será el día que su esperanza se transforme en realidad. Puede ocurrir una noche, en que los cielos estallando de proyectiles se silencie en millones de estrellas. En ese momento sabrá que, finalmente, el Pueblo Argentino se ha olvidado de olvidar.

Un mar en el que los Veteranos de Guerra aún naufragan, es el mar del olvido. Apenas vueltos de la Gesta histórica, comenzó lo que Falcón llama la desmalvinización. El primer gran desmalvinizador fue el Presidente Raúl Alfonsín. Dedicó su presidencia a esconder lo verde, ocultarlo en el ostracismo de la omisión constante. Si bien, para 1990 la billetera abultada de Carlos Menem dispendió la primera pensión democrática, las formaciones de Veteranos de Guerra por Malvinas desfilaron en último lugar el 8 de julio de 1989 para la asunción del presidente. Quizá, un presagio de lo que el Pueblo sentía. El mar del olvido nunca está en calma. Enfurece y embravece con los años. Los años cumplen veinticinco, y otra vez, la Presidencia de la Nación se lleva un ausente en el cuaderno de asistencias. Se trata de una oportunidad histórica: Acto Central por el vigésimo quinto aniversario de la Gesta de Malvinas en Tierra del Fuego. El Presidente Néstor Kirhcner no zarpa hacia el sur, en cambio, veinticinco años antes sí lo hacían diecisiete mil almas acariciadas por la bandera nacional. El alma de Antonio fue una de ellas. Y el mar se vistió de negro, nuevamente, el pasado dos de abril. El vestido más nefasto que podría usar el olvido fue usado por la Presidente Cristina Fernández: el vestido de la censura. Emilio Falcón, Presidente de la Asociación Casa Héroes de Malvinas del Partido de General San Martín, y los más de doscientos adherentes de dicha institución, repudian la negación de otorgarle la palabra al Veterano de Guerra por Malvinas, Esteban Tries, en el acto oficial del Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra de Malvinas, celebrado en un hangar de la base aérea de Palomar.

Cuando el cielo se hace noche, las oscuridad dispara proyectiles y bombas, destellos que apagan el oído del pueblo. Nos quedamos sordos. Negamos a los Antonios Falcones, que tantas veces volaron los cielos la Isla Gran Malvina para hundir la flota británica, no queremos escuchar, no queremos saber. Los vemos como militares que perdieron. Exigimos un triunfo que no fue. Preferimos no saber. El conocimiento, cree el ex-combatiente, puede enseñar que ellos hicieron más de lo que pudieron. Que en la lucha cuerpo a cuerpo hubieron comportamientos muy destacados, que el cuarenta por ciento de la flota inglesa sigue ahogada en las aguas del sur, que con lo que tuvieron: frío, hambre y mucho valor, dejaron sus fuerzas en la defensa de la patria. Los cielos celestes que brillan en Buenos Aires, repentinamente se nublan y una lluvia de insultos se vierte sobre los cuerpos desamparados de los Veteranos de Guerra. Eso es lo que sienten cuando escuchan que los llaman “Fascitas” y “Golpistas”. Antonio tiene otro repudio, esta vez para la señora Hebe de Bonafini, titular de aquellas declaraciones.

La tierra se agrieta, se abren surcos de extremas dimensiones donde caen los valientes jóvenes de 1982. La fuerza del bloqueo de la información los impulsa a ese vacío. De tanto en tanto, una gigantesca pala escavadora los trae a la superficie. Los valientes, adultos hoy, respiran creyendo que es el aire purificado que desean desde la finalización de aquella cruenta lucha. Pero no, el aire es temporal, porque nuevamente son lanzados a los cráteres inundados de sangre y lágrimas. Así se ven los Veteranos de Guerra cuando se destinan millones de pesos para filmar “Iluminados por el Fuego”. Así le duele a Falcón: “esa película denigra, sólo quieren mostrar la miseria”. También duele que al último censo de Veteranos de Guerra por Malvinas se hayan presentado casi treinta mil censados. Un dolor que el fiscal Guillermo Marijuan está ayudando a sanar. Al momento se han detectado ochenta y ocho casos de ex-combatientes fraudulentos. Más profundo caen, cuando los medios los olvidan, los hacen a un lado. “El año pasado vinieron mucho medios, estaban todos acá”, recuerda Falcón por el caso del suicidio del compañero Miguel Ángel Boyero, tripulante del Crucero Manuel Belgrano. “Luego no se vio nada, todo lo bloquearon”.

El Presidente de la Asociación no está vencido y lleva en su corazón, grabada por ese fuego interno que sólo quema cuando se viven situaciones límites, la voluntad de seguir dando batalla. Esa voluntad se alimenta en el respeto y reconocimiento que se merecen los caídos y familiares de los caídos en la contienda bélica.

Entonces, ocurre que Falcón sale al mar. Y a fuerza de remar, su bote recala en la Sub-Secretaría de la Municipalidad de San Martín. “La señora Nelly de Vargas Machuca siempre nos atendió y nos dio nuestro lugar, lamento su salida del gobierno municipal”, dice Falcón. Hay temporadas de mares calmos de bandera celeste.

También, en esas mismas temporadas, las nubes se desintegran en lluvias, y el sol comienza suavecito a brindar su calor. Son las mañanas que Falcón y otros veteranos de guerra van a las escuelas a dar charlas al alumnado. Se regocijan con el apoyo de los estudiantes y de sus maestros. Es el sol que se proyecta para un atardecer violáceo y púrpura, señal de noche clara, luna redonda y dulce amanecer.

La tierra sería toda fértil para miles primaveras, si hubieran dado más cartel a la película “Locos por la Bandera”, producida por la Comisión de familiares de caídos en Malvinas e islas del Atlántico sur, la única obra que Antonio entiende como veraz. Algunas flores han crecido, los colibríes y abejas harán su trabajo para que sean cada vez más, con la publicación de “Ángeles sobre la Turba”, edición del Círculo Militar. Este libro surge como respuesta a la necesidad de todo veterano de guerra de exteriorizar por algún medio lo vivido, lo sentido, lo sufrido en una situación límite. Se trata de una narrativa real de las vivencias del soldado de aviación del ejército que fue Antonio Emilio Falcón en Malvinas, que describe con valentía y entusiasmo la historia real del enfrentamiento bélico, despojada de intereses e ideologías.

Antonio lleva otra marca, también marcada a fuego en su corazón. Es el estigma de volver a las Islas sin que los kelpers sellen su pasaporte. Volver a nuestra tierra para sentir que el mar está en calma, que el cielo celeste sopla una suave brisa sobre un verde césped crecido en Darwin y rendir, un sentido, profundo y merecido homenaje a nuestros héroes y a él mismo.

Gabriel Spinazzola - Abril 2008

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2 comentarios:

Ailin dijo...

Gracias por tan hermoso escrito. Lleno de información pero contado de forma poética y profunda

Unknown dijo...

La Historia escrita por los hombres que fueron y son participes y testimonio vivo. Un abrazo para Antonio, compañero y mentor de veladas .Agradecimiento al escritor.