sábado

Más Seguridad para Villa Ballester

Una nueva ola de crímenes despierta a la gente, que se junta para reclamar soluciones. El objetivo, volver a vivir como se merece.

Mayo nos había consternado. Un contador, un hombre, un padre de familia, encontraba su destino en una muerte absurda, en un “homicidio en ocasión de robo” por Falucho al seiscientos de nuestra querida Villa Ballester.

Otro mes, otro hombre, otro padre de familia, nuestra Ballester –Chacabuco al cuatro mil cien– se baña de sangre y lágrimas por otro asesinato. Un carnicero. Un desenlace absurdo, otra vez la muerte: “Matan a un hombre que impidió que se metieran en su casa” titularía el diario de mayor tirada del país.

Llegó agosto, el empedrado de la calle Lacroze se transforma en testigo impotente de otro hecho lamentable y, nuevamente, absurdo: el asesinato de otro hombre, otro padre de familia, en otra tentativa de robo. “Matan de un balazo a un ingeniero que se resistió a un intento de asalto” lanzaron los clarines al viento en la página de policiales.

Ballester se enluta. Vecinos autoconvocados marchan para pedir mayor seguridad. La prensa nacional se hace eco y nos muestra al país.

El gobierno municipal se hace eco de los reclamos y de la presencia mediática que Ballester logra en un periodismo voraz que se fagocita a sí mismo pero que encuentran la venia de televidentes cautivos. Ya en el pasado el intendente Ivoskus había solicitado (y le enviaron) a efectivos de la Gendarmería Nacional para custodiar nuestras vidas. Fue luego de otras (las mismas) muertes y las respectivas (mismas) marchas.

Un comunicado de prensa municipal nace rápido y persigue, en esencia, el doble objetivo de llevar algo de tranquilidad a la población y mostrar una ágil diligencia ante las autoridades provinciales. “Desde mañana habrá cien policías más en San Martín” se titula como solución. ¿Solución? El cuerpo del mensaje se desvanece en elogios por los treinta y cuatro móviles que el Municipio donó durante su la Gestión Ivoskus desde mil novecientos noventa y nueve a la fecha. Sin embargo, lo peor del mensaje es la falacia en la que se viste. No se confirma el número de efectivos, ni tampoco se dice si vendrán con móviles, menos se comenta de dónde se sacarían. ¿Serían horas extras? ¿Vendrían desde otras jurisdicciones? ¿Otra localidad tendría su baño de sangre?

La seguridad interior es responsabilidad de las policías provinciales. En Buenos Aires, a falta de una, tenemos dos cuerpos de seguridad. Hago referencia a la “Buenos Aires Dos”, esos patrulleros relativamente nuevos grises y naranja, cargados de jóvenes en oposición a la “Bonaerense” histórica de azul y blanco en patrulleros y camionetas virtualmente destrozadas. Luego, en un abarcar más amplio, la seguridad también es responsabilidad de todos, de políticas de educación y salud, de la mentada distribución de la riqueza y de una verdadera inclusión social. De reglas claras que se hagan cumplir, de una justicia equitativa. Sin embargo, en lo inminente y en lo inmediato, tendríamos a los cien policías. Que restados los sumariados, los de parte de enfermos, los incompetentes, los desganados, da como resultado sólo el anuncio político.

Habría un plan de crear una tercera fuerza de incumbencia municipal, con el objetivo de liberar el personal policial de las cargas municipales, como custodiar empresas clausuradas, y otras cuestiones de índole local menor. Pero el proyecto se estrella contra la necesidad de cambiar la Ley Orgánica de Municipios de la provincia de Buenos Aires. Sigue el proyecto como anuncio político.

Sentir la inseguridad y tener la seguridad de que la inseguridad la seguiremos sintiendo, lejos de dejarnos en la quietud del que nada podemos hacer, debería llevarnos a exigirle a la dirigencia que supimos conseguir que debe tomar la decisión política de dejar de hacer anuncios y poner manos a la obra. El problema es muy complejo y requiere de un plan integrado, inteligente y por etapas. Atacando al flagelo hoy, y cambiando la realidad de la juventud, de los pablados de emergencia, de la percepción que tenemos de la (In)Justicia. Entran al juego el desarrollo de verdaderas políticas fiscales, de educación, de salud, de pleno empleo, económico-fiscales, de real integración social.

Lamentablemente, por lo visto, por lo escuchado, por lo leído, seguiremos a la merced de nuestro destino, a menos que la necesaria, inminente, esperanzadora “decisión política” sea tomada.

Gabriel Spinazzola - Septiembre 2008
gabriel_spinazzola@hotmail.com

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2 comentarios:

Anónimo dijo...

El proble,aca es la Cultura Villera.Estamos viviendo sin leyes.Se lo acostumbro a estas lacras a no trabajar, no pagar impuestos, si matan no van presos porque son pobres, son el voto choripan del nefasto partido Dictador llamado Peronismo.Que ensima se dio el lujo de importar villeros, paraguayos, bolivianos, peruanos, chilenos,asi tienen mas votantes.Con el trabajo de aniquilar a la población.

Anónimo dijo...

La solución seria sacar el ejercito a las villas donde viven el 95% de los delincuentes, y que puedan darle si castigo.Esta gente solo entiende por la violencia.El abuelo delincuente,padre delincuentes y hijo delincuente.Ellos dicen que trabajan de los que hacia la familia.Robar, si no le dan o esta pasados asesinan.
Otra es que se armen escuadrones de la muerte y ametrallen las villas.Tiren gas mostaza,Los esperen a los pibes chorros afuera de la comisaria, los metan en camionetas con el escape apuntado a la caja.Y en 10 minutos se termino el problema,Nacen como cucarachas.Por 200 chorros menos no nos vamos a hacer problema.
Gente actue,El gobierno montonero quiere exterminar al pueblo que trabaja y que todo sean villas,