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Crecí Jugando en la Calle

Un periodista deportivo innato. Conduce en la Rock & Pop "La pelota no dobla" y "Day Tripper". En CQC es el notero futbolero. Simpatizante de Chacarita y ferviente admirador de Víctor Hugo. Un pibe que tiene muy presente sus días por el barrio y sueña un futuro de radio.

"Voy bastante seguido para el barrio, para ver a mi vieja o algún amigo que quedó ahí". Así comienza la charla con Diego Della Sala, un muchacho de 27 años que tiene mucho para decir. Vivió en San Martín hasta que se casó con Andrea, su actual esposa, hace unos cuatro años. Muchos recuerdos se le vienen a la mente al remontarse en el tiempo. "Cuando yo tenía cuatro, cinco años hasta los doce, fue una época muy fuerte en la que se podía jugar en la calle, ahora se complica más", cuenta. Ya entrando en la adolescencia, como todo residente de la zona, recuerda sus andanzas por las pistas de Soul Train.

Hasta quinto grado fue a la Escuela Nº19 y luego se pasó al Agustiniano donde conoció a sus amigos y se recibió de Perito Mercantil. Con esa mirada pícara, ese pelo ensortijado, su estilo informal y esa caradurez en el momento de hacer entrevistas, se podría deducir que era un chico revoltoso y medio vagoneta en sus pasos por el colegio. Pero no, las apariencias engañan. "Era muy responsable, no me permitía fracasar en el estudio, mi propio control era yo. Nunca me llevé materias, no podía relajarme o divertirme si no había hecho lo que debía", admite orgulloso. Dice que hacía lo que le daba menos sufrimiento, que era estudiar, zafar y tener tres meses de vacaciones.

Ya desde muy chico tenía una vocación muy marcada. "Siempre me encantó el deporte, y desde los nueve años me enganchaba a escuchar AM, a ver un noticiero y a leer el diario. Esa conjunción hizo que cuando muchos querían ser como Chuck Norris, yo quería ser como Víctor Hugo", argumenta. Creció escuchándolo y hoy es, sin lugar a dudas, su referente indiscutible.

Se describe como una persona con suerte, que a su vez supo aprovechar las oportunidades que le dio la vida. Diego comienza su carrera periodística cuando, a pocos días de cumplir los 18, Bobby Flores se lo presenta a Marcelo Gantman en la Rock & Pop. Bobby es primo hermano de la madre, lo vio crecer, lo esperó y llegado el momento le dijo: "Yo te voy a dar una mano, te lo presento y después está en vos salir al aire al otro día o dentro de 40 años". Y así comenzó la vorágine laboral: en el 94, Rock & Sport, hasta que la radio se muda de dial y él se queda en la 106.3 (La Rocka) durante seis meses, y al tiempo esta radio cierra. Juan Di Natale, que ya había laburado con él en Se nos viene la noche, lo llama para volver a trabajar juntos. Desde marzo del 98 comparten las tardes, junto a Fabio Alberti, en el programa Day Tripper. Los sábados por la mañana, también en el 95.9, conduce, de la mano de Gantman y Ciccioli, La pelota no dobla, un programa deportivo de cuatro horas.

También es notero en CQC (Caiga Quien Caiga) y todas las semanas se zambulle en la cancha. A pesar de los tiempos violentos en que hoy se vive, este joven supo evitar los inconvenientes que en estos ambientes suelen presentarse.

"Ya hice más de 40 notas y nunca tuve problemas. Algo que me juega a favor -acepta haciendo memoria- es que he ido mucho a la cancha y conozco perfectamente cómo funciona. Qué preguntar y qué no, cómo y dónde moverme, qué no hacer en determinado momento, saber cuándo se quiebra el clima y puede pasar cualquier cosa". Lo tiene bastante estudiado por haber ido a ver muchos partidos pero, igualmente, trata de prevenir bastante.

Al comparar la radio con la tele, tiene una postura muy clara. "Prefiero la radio, no sé si he escuchado a alguien que haga las dos cosas y diga lo contrario. Me parece que la radio es el medio de comunicación por excelencia, es mucho más esencial, la relación que se genera entre un oyente y un tipo que labura en la radio es muy difícil que se logre entre un televidente y alguien que trabaja en la tele". Habla de la tele como el medio que da masividad, y que, en algún momento de la carrera, puede dar más prestigio y dinero. Comenta: "Si uno cuenta que tiene un mal día, el oyente lo banca, somos casi amigos sin saberlo. La radio es mi casa".

Al indagar acerca de su cuadro favorito, Della Sala exclama: ¡Qué pregunta...! Y reconoce: "Cuando digo que soy de Chacarita no miento, pero puedo estar ocultando algo, puedo tener otro". Entonces explica: "Me crié en San Martín y coincidió, ese tiempo largo de mi vida, con Chacarita jugando los sábados. Durante años pude compartir un sentimiento de sábado, con mis amigos en la cancha de Chaca, y un sentimiento de domingo. Hoy no podría decir soy de Chacarita y soy de tal equipo más grande". Aclara que de ser así, sí podría tener problemas en la cancha con la hinchada contraria. Es una cuestión de seguridad. Por eso expresa su sentimiento funebrero que se relaciona, además, con una cuestión de barrio. Como dice el dicho: más vale prevenir que curar.

Las cosas fueron cambiando con el correr de los años. El fútbol ahora ocupa otro lugar en su vida. "Para mí, hoy, ir a la cancha es un laburo, de hecho, como tal, a veces me gustaría quedarme viendo la tele en casa, mirar los partidos desde otro ángulo, disfrutar de la familia. Principalmente los domingos, un día claramente dedicado al descanso, es el más fuerte de mi tarea", reflexiona.

Conversando acerca de sus expectativas y objetivos profesionales, cuenta que no tiene proyectos televisivos, aunque admite estar muy contento con lo que está haciendo, fundamentalmente por la gente con la cual trabaja y aprende mucho. Sin embargo, la radio es su debilidad. "Creo que no podría estar sin la radio, profesionalmente estaría muy insatisfecho haciendo solo tele, por más que me vaya bien", reconoce apasionado por lo que está expresando.

Cuando razona sobre lo que está pasando en su ciudad natal, en materia de inseguridad, lo hace con bronca y algo desesperanzado. Sin pelos en la lengua dice: "Cuando veo una situación que se ha dado por diversos factores sociales y demás, y que encima se la fogonea con corrupción, con inseguridad a veces provocada, me pone muy mal. Una de las zonas que pasa por esa situación es San Martín". Es consciente del estado de emergencia que vive el país y que este partido no es ajeno a eso. Sus palabras finales reflejan un sentimiento sincero y profundo: "Mi deseo es que cambie, lo que no puedo decir es que vaya a ser así. Ojalá que sí". Ése es el anhelo de todos.

Alejandra Cinquemani - Octubre 2003.


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