Un intendente, que dice quiere ser eficiente, desea cumplir con éxito su nuevo mandato. Añora sus días de vacaciones, que no goza desde 1999, y tiene alterado su régimen alimentario.
La sala de espera de la Secretaría Privada parece una pasarela de gente que va y viene. Hombres hablando con sus celulares y mujeres con carpetas repletas de papeles. También, se oye una conversación de fútbol entre los que se encuentran por los pasillos.
Al entrar a la oficina, el intendente se toma la cabeza y bebe un poco de agua.
-¿Le duele la cabeza?
-Me retumba un poco. Los tarjeteros estuvieron protestando y tocando bombos hasta hace un rato.
-¿Qué intenciones tiene con ellos?
-Que continúen trabajando en forma regularizada. Tendremos que atravesar estos conflictos.
-¿Cómo es un día en la vida del Dr. Ivoskus?
-Generalmente llego a las ocho menos cuarto. La primer hora de la jornada la utilizamos, con la Directora de Legal y Técnica, en la firma de los expedientes que están en trámite. Por supuesto que no puedo leerlos a todos. Luego, depende de los días. Los lunes es el día de las entrevistas con los funcionarios y los martes con los vecinos. Los sábados vamos con la gente de Obras Públicas a recorrer las obras que se están haciendo. Los jueves salgo a la calle a ver las distintas dependencias, centros de salud, hospitales o campos de deportes.
-¿De sorpresa o visitas programadas?
-A veces de una forma y a veces de otra.
-Y, ¿hasta qué hora trabaja?
-Me retiro de aquí entre las nueve y las diez de la noche. Por la tarde hay diversas cosas. Por ejemplo, ayer tuvimos una reunión todos los intendentes de zona norte (Vicente López, San Isidro, Tigre, San Fernando y San Martín) para tratar el tema de la basura con el presidente del CEAMSE. Ellos quieren hacer un aumento, nosotros estamos tratando de encontrar otra salida.
-¿Qué es lo que se discute?
-Durante veinticinco años, la basura se tiró en San Martín. Ahora, se está arrojando en Campo de Mayo, pero eso va a terminar en aproximadamente dos años y medio. Entonces, tenemos que ver dónde va ir a parar la basura de los distritos. Es una temática muy complicada, porque al tener que llevarla a un lugar más alejado, como podría ser Olavarría, se elevan los costos que pagamos los municipios. Habrá una reunión final para definir el tema.
-¿Por qué eligió el camino de la política?
-Me hice conocido porque era abogado de instituciones de bien público. Me había afiliado en el año '63 a la Unión Cívica Radical, pero empecé a participar activamente en 1982. Constituimos el Centro Universitario Radical y, posteriormente, bajamos a la arena política: la militancia activa. Se fue dando naturalmente.
-¿Está contento con su carrera?
-Cuando fui pre-candidato a intendente perdí la interna. Posteriormente, en 1989, fui electo senador provincial de Buenos Aires. Fueron cuatro años en los cuales creo que me destaqué y desarrollé un trabajo muy importante como legislador. En 1999 me presenté como candidato a intendente por la Alianza, que fue una especie generadora de esperanzas hacia el futuro. Pudo haber sido la estructura que organizara todo un proceso de transformación. Pero en el camino, la Alianza naufragó, eso es historia conocida. En esta última elección, me tocó remar contra la corriente. La "onda" venía de otro lado, en la provincia con el Gobernador Solá y la posibilidad estaba dada en función de que la gente cortara boleta. Y realmente me sorprendió. Creo que fue un hecho histórico y, al mismo tiempo, a uno lo emociona un poco ese reconocimiento al trabajo realizado. Es importante que se privilegie la patria chica de cada uno.
-¿Cuáles son los nuevos objetivos a cumplir?
-El primero sería continuar con la lucha contra la corrupción, a favor de la transparencia. El segundo, mejorar la prestación de servicios y la obra pública. El tercero, dar satisfacción a las tremendas necesidades sociales que tenemos. Y el cuarto, promover el desarrollo local, el desarrollo productivo de industrias y comercios, y dar solución a uno de los problemas más graves que tenemos en la Argentina que es la desocupación.
-A pesar de haber renunciado a la UCR, ¿se sigue sintiendo radical?
-Yo tomé una decisión que, usted se imagina, no es sencilla luego de cuarenta años. Uno tiene que mirar siempre hacia adelante. Hoy ingresé a lo que es el ARI y veo que está sosteniendo banderas que, en este momento, en lo que es la estructura del radicalismo, han quedado apagadas.
-¿La política es sucia?
-Es como toda actividad, hay quienes la hacen sucia y quienes no.
-La vida pública y la privada, ¿se entremezclan o se pueden separar?
-Es muy difícil separarlas en un cargo como éste y más en un municipio tan conflictivo como era San Martín. Cuando fui legislador fue más sencillo. Por suerte, mi familia ve bien el tema de la actividad política, si no, se hubiese convertido en un problema.
-Además trabajan con usted ¿no?
-Daniel -el mayor de sus dos hijos- y Lidia -su esposa desde 1971- sí. Sebastián, el menor, trabaja en la actividad privada de lo que estudia y gusta, que es el marketing. Igualmente colabora con algunas ideas.
-¿Cómo era dar clases en los ‘70?
-Como profesor nunca tuve problemas. Di clases en la Escuela Nº 36 de San Andrés y en la Facultad de Derecho. Algunos de mis alumnos son funcionarios en el Municipio. Sin ir más lejos, una de las chicas que está en la oficina de al lado, fue alumna mía en el colegio.
-¿Cómo le gustaría que la gente lo recuerde?
-Como un intendente que, además de honesto, ha sido eficiente. Porque a veces se contraponen, como si fueran términos antagónicos, y yo considero que la honestidad y la eficiencia se pueden complementar.
-¿Cree que va a ser así?
-Eso espero, en cuatro años le cuento.
-¿Tiene tiempo libre?
-En estos cuatro años, prácticamente, no. Antes, como abogado, recuerdo que tenía mis vacaciones durante la feria judicial. Esto me cambió la vida. Desde que estoy aquí, nunca me he tomado vacaciones. Sólo me he ido algún fin de semana, pero espero disfrutarlas en algún momento.
-¿Practica algún deporte?
-Estoy tratando de retomar. Me pasan a buscar los domingos a la mañana y vamos a jugar al tenis. Estoy muy pesado, me siento como si fuera un elefante en un bazar. Pero bueno, algún día recuperaremos la silueta y agilidad perdidas.
-¿Con la alimentación cómo se lleva?
-Dejé de almorzar al mediodía porque me producía muchos trastornos. Durante el día, prácticamente, no como. A veces una ensalada de frutas. Pero a la noche me devoro todo. Es justamente lo que dicen que no hay que hacer. Aumenté más de doce kilos durante el anterior período.
-¿Le gusta leer, mirar televisión, ir al cine o al teatro?
-Antes de acostarme miro un poco de televisión y leo un rato, me ayuda a conciliar el sueño. Al cine voy muy poco. Muchas veces, cuando salgo de aquí, tengo algún compromiso y me acuesto como a las dos de la mañana.
-¿Algo de qué arrepentirse?
-Debe haber muchas cosas, pero en este momento no tengo nada presente.
-¿Algo que lo haga sentir orgulloso?
-¡Esas preguntas me destruyen!-risas-. Podría ser el hecho de haber ganado esta elección, pero porque la gente votó a mi persona. Por un lado, uno siente sensación de satisfacción por el reconocimiento y por otro, un compromiso hacia adelante ya que la gente va a exigir más.
-¿Un deseo?
-El principal: concluir exitosamente la gestión de gobierno.
Ya es la una de la tarde, hora de almorzar. La sala de espera de la Secretaría ya no está tan transitada. No se escuchan los timbres de los celulares y no se ven mujeres con carpetas repletas de papeles como esta mañana.
Seguramente, los asesores y empleados de la oficina municipal han salido a almorzar. Aunque el intendente no lo haga, la periodista sí, y le aconseja que haga lo mismo.
Alejandra Cinquemani - Noviembre 2003.
La sala de espera de la Secretaría Privada parece una pasarela de gente que va y viene. Hombres hablando con sus celulares y mujeres con carpetas repletas de papeles. También, se oye una conversación de fútbol entre los que se encuentran por los pasillos.
Al entrar a la oficina, el intendente se toma la cabeza y bebe un poco de agua.
-¿Le duele la cabeza?
-Me retumba un poco. Los tarjeteros estuvieron protestando y tocando bombos hasta hace un rato.
-¿Qué intenciones tiene con ellos?
-Que continúen trabajando en forma regularizada. Tendremos que atravesar estos conflictos.
-¿Cómo es un día en la vida del Dr. Ivoskus?
-Generalmente llego a las ocho menos cuarto. La primer hora de la jornada la utilizamos, con la Directora de Legal y Técnica, en la firma de los expedientes que están en trámite. Por supuesto que no puedo leerlos a todos. Luego, depende de los días. Los lunes es el día de las entrevistas con los funcionarios y los martes con los vecinos. Los sábados vamos con la gente de Obras Públicas a recorrer las obras que se están haciendo. Los jueves salgo a la calle a ver las distintas dependencias, centros de salud, hospitales o campos de deportes.
-¿De sorpresa o visitas programadas?
-A veces de una forma y a veces de otra.
-Y, ¿hasta qué hora trabaja?
-Me retiro de aquí entre las nueve y las diez de la noche. Por la tarde hay diversas cosas. Por ejemplo, ayer tuvimos una reunión todos los intendentes de zona norte (Vicente López, San Isidro, Tigre, San Fernando y San Martín) para tratar el tema de la basura con el presidente del CEAMSE. Ellos quieren hacer un aumento, nosotros estamos tratando de encontrar otra salida.
-¿Qué es lo que se discute?
-Durante veinticinco años, la basura se tiró en San Martín. Ahora, se está arrojando en Campo de Mayo, pero eso va a terminar en aproximadamente dos años y medio. Entonces, tenemos que ver dónde va ir a parar la basura de los distritos. Es una temática muy complicada, porque al tener que llevarla a un lugar más alejado, como podría ser Olavarría, se elevan los costos que pagamos los municipios. Habrá una reunión final para definir el tema.
-¿Por qué eligió el camino de la política?
-Me hice conocido porque era abogado de instituciones de bien público. Me había afiliado en el año '63 a la Unión Cívica Radical, pero empecé a participar activamente en 1982. Constituimos el Centro Universitario Radical y, posteriormente, bajamos a la arena política: la militancia activa. Se fue dando naturalmente.
-¿Está contento con su carrera?
-Cuando fui pre-candidato a intendente perdí la interna. Posteriormente, en 1989, fui electo senador provincial de Buenos Aires. Fueron cuatro años en los cuales creo que me destaqué y desarrollé un trabajo muy importante como legislador. En 1999 me presenté como candidato a intendente por la Alianza, que fue una especie generadora de esperanzas hacia el futuro. Pudo haber sido la estructura que organizara todo un proceso de transformación. Pero en el camino, la Alianza naufragó, eso es historia conocida. En esta última elección, me tocó remar contra la corriente. La "onda" venía de otro lado, en la provincia con el Gobernador Solá y la posibilidad estaba dada en función de que la gente cortara boleta. Y realmente me sorprendió. Creo que fue un hecho histórico y, al mismo tiempo, a uno lo emociona un poco ese reconocimiento al trabajo realizado. Es importante que se privilegie la patria chica de cada uno.
-¿Cuáles son los nuevos objetivos a cumplir?
-El primero sería continuar con la lucha contra la corrupción, a favor de la transparencia. El segundo, mejorar la prestación de servicios y la obra pública. El tercero, dar satisfacción a las tremendas necesidades sociales que tenemos. Y el cuarto, promover el desarrollo local, el desarrollo productivo de industrias y comercios, y dar solución a uno de los problemas más graves que tenemos en la Argentina que es la desocupación.
-A pesar de haber renunciado a la UCR, ¿se sigue sintiendo radical?
-Yo tomé una decisión que, usted se imagina, no es sencilla luego de cuarenta años. Uno tiene que mirar siempre hacia adelante. Hoy ingresé a lo que es el ARI y veo que está sosteniendo banderas que, en este momento, en lo que es la estructura del radicalismo, han quedado apagadas.
-¿La política es sucia?
-Es como toda actividad, hay quienes la hacen sucia y quienes no.
-La vida pública y la privada, ¿se entremezclan o se pueden separar?
-Es muy difícil separarlas en un cargo como éste y más en un municipio tan conflictivo como era San Martín. Cuando fui legislador fue más sencillo. Por suerte, mi familia ve bien el tema de la actividad política, si no, se hubiese convertido en un problema.
-Además trabajan con usted ¿no?
-Daniel -el mayor de sus dos hijos- y Lidia -su esposa desde 1971- sí. Sebastián, el menor, trabaja en la actividad privada de lo que estudia y gusta, que es el marketing. Igualmente colabora con algunas ideas.
-¿Cómo era dar clases en los ‘70?
-Como profesor nunca tuve problemas. Di clases en la Escuela Nº 36 de San Andrés y en la Facultad de Derecho. Algunos de mis alumnos son funcionarios en el Municipio. Sin ir más lejos, una de las chicas que está en la oficina de al lado, fue alumna mía en el colegio.
-¿Cómo le gustaría que la gente lo recuerde?
-Como un intendente que, además de honesto, ha sido eficiente. Porque a veces se contraponen, como si fueran términos antagónicos, y yo considero que la honestidad y la eficiencia se pueden complementar.
-¿Cree que va a ser así?
-Eso espero, en cuatro años le cuento.
-¿Tiene tiempo libre?
-En estos cuatro años, prácticamente, no. Antes, como abogado, recuerdo que tenía mis vacaciones durante la feria judicial. Esto me cambió la vida. Desde que estoy aquí, nunca me he tomado vacaciones. Sólo me he ido algún fin de semana, pero espero disfrutarlas en algún momento.
-¿Practica algún deporte?
-Estoy tratando de retomar. Me pasan a buscar los domingos a la mañana y vamos a jugar al tenis. Estoy muy pesado, me siento como si fuera un elefante en un bazar. Pero bueno, algún día recuperaremos la silueta y agilidad perdidas.
-¿Con la alimentación cómo se lleva?
-Dejé de almorzar al mediodía porque me producía muchos trastornos. Durante el día, prácticamente, no como. A veces una ensalada de frutas. Pero a la noche me devoro todo. Es justamente lo que dicen que no hay que hacer. Aumenté más de doce kilos durante el anterior período.
-¿Le gusta leer, mirar televisión, ir al cine o al teatro?
-Antes de acostarme miro un poco de televisión y leo un rato, me ayuda a conciliar el sueño. Al cine voy muy poco. Muchas veces, cuando salgo de aquí, tengo algún compromiso y me acuesto como a las dos de la mañana.
-¿Algo de qué arrepentirse?
-Debe haber muchas cosas, pero en este momento no tengo nada presente.
-¿Algo que lo haga sentir orgulloso?
-¡Esas preguntas me destruyen!-risas-. Podría ser el hecho de haber ganado esta elección, pero porque la gente votó a mi persona. Por un lado, uno siente sensación de satisfacción por el reconocimiento y por otro, un compromiso hacia adelante ya que la gente va a exigir más.
-¿Un deseo?
-El principal: concluir exitosamente la gestión de gobierno.
Ya es la una de la tarde, hora de almorzar. La sala de espera de la Secretaría ya no está tan transitada. No se escuchan los timbres de los celulares y no se ven mujeres con carpetas repletas de papeles como esta mañana.
Seguramente, los asesores y empleados de la oficina municipal han salido a almorzar. Aunque el intendente no lo haga, la periodista sí, y le aconseja que haga lo mismo.
Alejandra Cinquemani - Noviembre 2003.
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