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Una Fusión entre el Arte y el Barrio


El Centro Cultural y Artístico Ana Pavlova cumple su 10º Aniversario. Lo celebra ofreciéndole a los vecinos la oportunidad de conocer la belleza del arte plástico y escénico. Liliana Tasso, su directora, habla con Valor.

"Todas las actividades, en general, en un barrio, son difíciles de sostener. No es sencillo erradicar las ideas preconcebidas respecto de las cosas". Lo dice Liliana Tasso, bailarina, coreógrafa, madre, emprendedora y directora del Centro Cultural y Artístico Ana Pavlova. Cuenta que recién ahora, después de tantos años de trabajo, la gente de la zona se acerca pensando que también acá se puede encontrar algo de calidad. La actividad artística de un barrio es considerada solamente como un entretenimiento. Pero, también, se puede encontrar un desarrollo profesional serio. No es necesario trasladarse hasta la capital para acceder a ello. "Ese fue el perfil con el que empezamos hace diez años, la idea de poder ofrecer algo más", relata muy comprometida con su tarea.

Teniendo tan sólo cinco años, Liliana vio un ballet en televisión y quedó fascinada. Bailaba Liliana Belfiore, primera bailarina del Teatro Colón. Insistió a sus padres hasta que la llevaron a un estudio cerca de su casa a aprender danzas clásicas. El tiempo pasaba y cada vez le gustaba más.

Entonces, se acercaron al Instituto Ballester donde había una escuela de ballet profesional dirigida durante treinta años por Mascha Pawlowa. Luego, se formó en el Colón y con maestros particulares muy reconocidos en el ambiente. Así, fue creciendo profesionalmente y llegó a trabajar con aquella bailarina que la inspiró y con su primer maestra sobre las tablas en el Instituto. Cuando ésta se retira, Tasso continúa con la escuela junto a otra profesora, Claudia Giani. Juntas se replantean la posibilidad de buscar un lugar que les permita abrir las puertas al público ballesterense.

En 1993 fundaron la primer Escuela de Ballet Ana Pavlova sobre la calle Córdoba. Al poco tiempo, Claudia sigue otro rumbo quedando Liliana a cargo de todo. "Empezó a acercarse gente de otras áreas. Veían que el espacio era adecuado al desarrollo artístico y empezaron a traernos diferentes propuestas. Por ejemplo, un profesor de plástica, Fernando Prego, quien hoy sigue con nosotros. También, Rubén Fraga, un director de teatro ya fallecido, quien había trabajado toda su vida en Europa y había vuelto a su querido Ballester", recuerda la bailarina. En el `98, el lugar físico ya no podía sostener toda la actividad que tenían y decidieron, entre todos los docentes, conformar una asociación civil, la Asociación Cultural Ana Pavlova. Solicitaron un crédito para comprar un espacio que funcione como centro cultural, lo que lograron en 1999. Al año siguiente, se instalaron donde funciona actualmente.

El nombre del centro es en honor a una bailarina rusa quien se atrevió a desafiar el sistema imperante. Siendo primera bailarina, formó una compañía de danza propia con la que salió a recorrer el mundo. "Esa energía del emprendimiento fue la que me gustó para llevar adelante este proyecto", afirma Liliana.

Hablando de energías, es propicio decir que cuando se juntan, se multiplican y esparcen con más fuerza. Es lo que ocurrió con la formación de UTENOR, la Unión de Teatro de Zona Norte, que Claudio Álvarez del Centro Cultural Espacios le contaba a Valor en el número anterior. Liliana Tasso fue secretaria de esta asociación hasta hace un mes, cuando hubo cambio de autoridades. Vivió el proceso muy involucrada y ahora cuenta: "Gracias a esto nos conocimos y pudimos, entre todos, poner energías en la actividad cultural del barrio. Entonces, los vecinos empezaron a ver que había varias salas en donde se podía disfrutar, por ejemplo, de un espectáculo infantil, además de poder hacer un taller o un curso. Apostamos a no trabajar desde la competencia sino desde el trabajo conjunto y eso nos benefició mucho a todos. Los intercambios son mucho más constructivos, sobre todo en los momentos más duros".

Actualmente, están gestionando un subsidio del Instituto Nacional del Teatro con el fin de ampliar la oferta de espectáculos. Hay muchos grupos locales de distintas manifestaciones artísticas que necesitan un lugar para desplegarlas. Pero son muchos los gastos que hay que afrontar para tener una sala de teatro abierta.

En este momento, el Centro Cultural y Artístico Ana Pavlova ofrece muchísimas actividades: artes plásticas; teatro; canto; danzas jazz, flamenco, árabe, clásica y contemporánea; espectáculos; seminarios; conferencias; charlas y, además, es un espacio abierto para todos los proyectos que la comunidad quiera llevar a cabo.

En este mes, se realiza una convocatoria a artistas plásticos jóvenes. Contarán con un salón de exposición y un jurado que entregará una premiación. Y, para terminar el año bien arriba, el sábado 13 de diciembre van a hacer una fiesta de cumpleaños, para festejar una década de arte y cultura para la comunidad. Están invitados todos aquellos que han pasado por Ana Pavlova durante estos primeros diez años: artistas, ex y actuales alumnos con sus familias y, por supuesto, toda la comunidad que quiera participar. La propuesta va ser divertirse y disfrutar de algunas sorpresas. ¿Te lo vas a perder?

Alejandra Cinquemani - Noviembre 2003.


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