sábado

Mi Sangre es Roja SAGVB

Del Hölters a Gimnasia de Villa Ballester, siempre en la selección: juniors, cadetes, y su presente en la mayor. Campeón argentino con el club de sus amores y panamericano con la albiceleste. Hoy, sus goles se gritan en España.

Es sábado al mediodía, el sol derrite todo en Ballester, me encierro con el aire acondicionado y practico mi deporte favorito: el zapping. Busco en los canales de verdadero deporte, pero me aburren todos los partidos repetidos que te ofrecen en verano. Pienso: “¿No habrá nada en vivo?”. Y tengo suerte, un rubio de gran porte se hace una corrida fenomenal picando el balón y finalmente lanza un zurdazo que infla las redes del arco español. No es fútbol, no es básket, es Handball, Mundial de Túnez 2005. Y al rubio lo conozco, amigo de mis amigos: el famoso “cogote”. Le aviso a mi esposa y directora de este medio: “Ya tenemos la entrevista para marzo”.

Andrés Kogovsek comenzó a jugar al balónmano -como dicen los españoles- gracias a Carlos Quintero, actual entrenador de Sociedad Alemana de Gimnasia de Villa Ballester (SAGVB), quien daba clases en el Hölters y lo llevó al equipo del Colegio y del Club. A los 14 años de edad fue convocado por primera vez a un seleccionado argentino. “Fue para un amistoso en Brasil y fue una experiencia increible”, recuerda Andrés.

Desde entonces, Cogote, como lo llaman sus amigos, ha vestido la celeste y blanca en varios procesos, con grandes logros para nuestro país. En el año 2000 ganaron el Panamericano de Handball jugado en San Pablo, Brasil. Y la gloria llegó como capitán y de local, en su querido SAGVB. En el campeonato jugado en Villa Ballester, Argentina logró un agónico gol a tres segundos del final del encuentro, para derrotar a Brasil por 22 a 21 en la final. Lamentable, y meritorio a la vez, fue el segundo puesto obtenido en los Juegos Panamericanos de Santo Domingo 2003.

Kogovsek también ha participado en campeonatos mundiales, de los cuales destaca el 11vo. puesto en el Mundial Junior de 1993 y el 15vo. lugar en el Mundial de Mayores de Portugal 2003. A principios de este año participó en el Mundial realizado en Túnez.

En nuestro país siempre vistió los colores de Sociedad Alemana y el 2002 fue el mejor año, cuando obtuvieron la Liga de Honor del torneo Metropolitano y el Campeonato Nacional, superando en ambas competencias a River Plate.

-De los técnicos que tuviste, ¿de cuál aprendiste más?
-Todos me han enseñado mucho. A cada uno lo tuve en distintas etapas de mi vida deportiva, pero al primero, a Carlos Quintero, le agradezco que me haya metido en esto.

-Has sido goleador en varias oportunidades, ¿cuál fue el mejor gol que hiciste?
-Sí, es verdad, el mejor gol que hice, siempre digo, es uno que le convertí a Svensson (arquero sueco). Fue en el Mundial de 2001, jugando los octavos de final. ¡Fue una rosca perfecta!

-¿Y uno que te hayas devorado?
-No, de esos no me acuerdo. (Risas). Terrible, uno que me erré en Ballester, me pasaron la pelota y no había arquero. ¡Increible!

El extremo derecho del seleccionado argentino comenzó jugando como armador. A fines de 2004 tuvo un par de ofertas desde el exterior y luego de evaluar distintas alternativas, se decidió por el Balónmano Antequera de la ciudad malagueña de España.

En Europa le faltarán los históricos clásicos con Los Polvorines, pero en abril próximo jugará su nuevo clásico contra Aguas Sierra Cazorla.

-¿España tiene la mejor liga?
-Entiendo que sí, las mejores ligas son la española y la alemana.

-¿Ya te adaptaste a la ciudad?
-Realmente me adapté rapidísimo. Me tratan de primera y eso hizo todo mucho más fácil.

-¿Extrañás el barrio y el club?
-Al mudarme a Ballester me apegué más al club, y extraño a los amigos y el ambiente de los partidos, de los entrenamientos.

-¿Qué diferencias hay entre las ligas de España y la Argentina?
-Entre una liga amateur y una profesional hay diferencias en el nivel de la competencia. Concentramos antes de los partidos, se analizan videos en la semana, se entrena todos los días a un nivel importante. En lo que a compañerismo se refiere, al menos donde estoy, no hay una marcada diferencia. Obviamente, no tengo la misma relación que existe con mis amigos de toda la vida pero realmente estoy muy a gusto.

El goleador argentino tuvo su premio al esfuerzo de muchos años con los Olimpia de Plata 2000 y 2002. Lo recuerda y se sigue emocionando: “Me emocioné muchísimo. Agradezco a Dios haber podido compartir uno con mi mamá y otro con mi señora. Tampoco voy a olvidar la fiesta sorpresa que me hicieron mis amigos de toda la vida”.

Piensa jugar algunos años más, cuenta que tiene ganas y que para este 2005, en el Antequera, tienen como objetivo salvar la categoría, ya que el equipo recién se forma. A nivel selección, el deseo es conseguir más nivel de juego y apostar todo en Río de Janeiro 2007. Lograr el título en los Juegos Panamericanos otorga un pasaje directo a los Juegos Olímpicos en Beijing 2008.

-El hecho que haya varios jugadores en Europa mejora a la selección, pero ¿qué se debería hacer para mejorar la competencia local?
-En alguna medida se debería imitar un poco al Voley. No es fácil, pero el camino va por ese lado, si no será muy difícil retener a los jugadores que terminan emigrando a Europa. Hay que nacionalizar el deporte.

-¿Quién es el mejor jugador del mundo?
-Admiro a Claudio Strafe, un histórico de la selección. El mejor del mundo es el francés Richardson, y en mi puesto, el alemán Florian Kherman. De los argentinos, Eric Gull ha llegado muy lejos y Carou está en gran nivel.

-Siendo un juego brusco, ¿cómo es que no se ven tantas batallas campales como se ven en fútbol?
-Lo que ocurre es que todos sabemos donde está el límite del juego. Es por eso que no se ven incidentes. Es un juego brusco, de constante contacto físico, pero el Handball es un lindo deporte, es muy completo.

-¿Cómo ves el país desde allá?
-Leo bastante los diarios argentinos, entiendo que la situación en algunos aspectos ha mejorado pero creo que todavía falta, porque el centro de la cuestión radica en la educación. Ahí es donde más incapié hay que hacer. Me duele mucho cuando leo malas noticias de mi país, la distancia me da más impotencia.

-Como si estuviéramos en un móvil en vivo, ¿querés mandar un saludo?
-Agradezco a mi familia por todo el apoyo. Les deseo lo mejor a mis amigos de Ballester para este año y decirles que los extraño y que toda mi vida fluirá por mis venas sangre roja SAGVB.

Ya comienza el domingo, termino la nota y calculo la cuenta de teléfono que incluirá esta llamada internacional. No estaba presupuestada, pero eso ya no importa. Siempre valdrá la pena haber conocido a Andrés Kogovsek, emblema de nuestro deporte, ahora más internacional que nunca.

Gabriel Spinazzola - Marzo 2005.


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