sábado

Nro. 18 - Septiembre 2008

Nuestro Editorial:

  • Contradicciones

  • Desde pequeños recibimos un sin fin de información contradictoria. Yuxtaposición de los adultos, eterno conflicto del deber ser y de lo materialmente alcanzable. Quizá un conflicto perdido, arrojado al abandono de lo más fácil copiar. Si todos tal o cual cosa, también uno mismo. De adultos nos escudamos en trillado “lo que yo digo pero no lo que yo hago”.


    Nuestra Entrevista:

  • La Cenicienta del Ebro

  • Alberto Cambas Sabaté, aplica el swing del jazz a sus novelas y cuentos, dotándolos de un ritmo literario particular. Su rigor histórico y sagacidad como escritor, le han valido para lograr premios.


    Nuestra Sociedad:

  • Más Seguridad para Villa Ballester

  • Una nueva ola de crímenes despierta a la gente, que se junta para reclamar soluciones. El objetivo, volver a vivir como se merece.


    Nuestra Alimentación:

  • Aprendiendo a nutrirnos

  • Durante el embarazo, esta etapa tan especial de la vida, las futuras mamás no sólo se ocupan de ellas sino también del bebé que crece en sus vientres. Es por eso que quisiera transmitirles algunos conceptos sobre una alimentación nutritiva para ambos.

    Mi Libro Favorito:

  • Díalogos sobre la vida y la muerte
    Un libro que se reflexiona una y otra vez, una consulta necesaria de tiempo en tiempo, un ejercicio útil sobre la muerte mientras aún estamos vivos, claro está.

    Contradicciones

    Desde pequeños recibimos un sin fin de información contradictoria. Yuxtaposición de los adultos, eterno conflicto del deber ser y de lo materialmente alcanzable. Quizá un conflicto perdido, arrojado al abandono de lo más fácil copiar. Si todos tal o cual cosa, también uno mismo. De adultos nos escudamos en trillado “lo que yo digo pero no lo que yo hago”.

    No siempre llenas de contradicciones el mundo de una forma artera. La situación la logramos complicar más, porque la inundación la realizamos a baldazos de contradicciones y mentiras blancas que cuando las queremos medir con la vara del “bien o mal”, fantasiosamente le asignamos un “bien”. O peor a veces, el resultados es un “no tan mal”.

    Así en las escuelas aprendemos a dibujar un semáforo, aprendemos los colores y sus significados. ¿Para qué es el amarillo? ¿Funcionaría igual con el rojo y el verde en intermitente para reemplazar al amarillo? A como de lugar, salimos de la escuela, tenemos la fortuna de que nos vengan a buscar, y la realidad maliciosa, fáctica y aguda estalla en nuestras pequeñas cabecitas. De grande pensaremos que éramos daltónicos. De allí en más, todos los semáforos estarán en verde para nosotros. Más de una excusa podemos esgrimir, los adultos, digo, por eso no vemos bien cómo mide la vara.

    Otra situación es la mentira blanca que se viste de rojo y barba para la ilusión de los chicos. Un Papá Noel y Tres Reyes Magos. Un ratón que se lleva dientes y deja dinero. Un hombre de la bolsa, un cuco y hasta tíos que nos enojamos si la criatura no hace lo que queremos que haga.

    Y esas mentiras blancas en pos de una ilusión nos vuelven como búmeran australiano. Hemos creído en más de un político profeta de mejores momentos que a vuelta de correo tergiversa todo según conveniencia.

    Pero más blanca y más puras son las propias mentirillas que nos creemos cuando postergamos todas las tareas que sabemos debemos hacer. O peor, a veces postergamos hasta lo que queremos hacer.

    En estos contextos, pasamos los semáforos en rojo; dejamos las heces de nuestras mascotas perfumando los buenos aires; compramos películas truchas, sólo por nombrar pequeñeces. Sabemos que hacemos aún peor, pero nuestra vara del “bien o mal” siempre mide “bien”. Así las cosas, llenamos el mundo de mensajes que los pequeños recibirán en clara oposición a un mundo más sano, agradable y digno de ser vivido.

    Septiembre 2008
    revistavalor@arnet.com.ar

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    La Cenicienta del Ebro

    Alberto Cambas Sabaté, aplica el swing del jazz a sus novelas y cuentos, dotándolos de un ritmo literario particular. Su rigor histórico y sagacidad como escritor, le han valido para lograr premios.

    No todos los hombres disfrutan de la dicha de sentirse felices, ni a los sesenta y cinco años, ni a ninguna edad. Un milagro, un sueño, un guiño de la suerte nos pueden arrimar a ese ideal. Alberto Cambas Sabaté cumplió sesenta y cinco años el pasado diecisiete de agosto y hoy día se siente feliz.

    Alberto tuvo la suerte, según cuenta en un bullicioso café de Caseros, de ser hijo de un padre escritor que lograra hasta alguna publicación en Rusia. Su cuna, literalmente, estaba rodeada de libros. “Mi habitación era la biblioteca de la casa”, justificando el porqué de su ligación con los libros. Una influencia innegable.

    Bajo siete candados tiene guardado un secreto: sus escritos de cuando tenía veinte años. “Son tan malos que me dan vergüenza”, confiesa, sabiendo que para ser un escritor hoy, tuvo que haber comenzado a llenar páginas alguna vez. Pero para ser escritor, no sólo hay que escribir, también se debe leer mucho. “Siempre leo algo, y releo, de todos aprendo algo”, desliza para nombrar de quienes se nutre: el chileno Roberto Bolaños, el italiano Umberto Eco, el premio Nobel Gabriel García Márquez y el mexicano Carlos Fuentes. Influencias necesarias.

    La música lo había atrapado en los albores de su adolescencia. Trece años tenía cuando Louis Armstrong llenó de música el Teatro Ópera. Cambas Sabaté se adentró en jazz por pasión y quizá algo de sin sabor sienta por no haberle dedicado a la trompeta el tiempo que hubiere correspondido para ser un gran músico. De todos modos, la música le dio muchas satisfacciones: amigos, noches y viajes. Dirá luego, cuando la máquina de café tape por completo el audio, que la música le ayudó a escribir. La palabra es música, y su swing se hace eco en sus textos, regalándose así, la magia del ritmo literario. Más influencia sobre el escritor.

    El gran empujón al mundo de las palabras se lo dio un mal momento de su vida, alimento para que vuele su expresión, su contar, su decir. Quien hace arte, lo hace por necesidad. Un tiempo y espacio que nos afecta, y esto se refleja en nuestra obra.

    Descansa el molinillo de café unos instantes, momento propicio para escucharlo: "Un día di con Elías Castelnuovo. Lo visité en su casa de Liniers, esa casitas todas iguales de la época. Yo tenía veinte años. Él había vuelto de Rusia. Una militancia fervorosa, la bandera del Partido Comunista grande como una pared. Le llevé mis cuentos. Me corrigió alguna que otra cosa, y me regaló una mentira blanca: Yo a su edad no escribía como usted. Pero el consejo vendría: Retome estos cuentos cuando cumpla treinta y cinco; y alguna mujer le haya sido infiel, y le hayan pasado varias cosas". Castelnuovo se refería a la experiencia, a la necesidad.

    Sabaté ha sido reconocido en nuestro medio local en varias oportunidades. Su cuento El Remolino fue Primer Premio en la Municipalidad de Tres de Febrero en 2006. Gualeguaychú, Entre Ríos, le premió su cuento Sable, Carabina y Sable; y su novela El Caballero Racional fue distinguida con la Primera Mención en el Primer Certamen Nacional de Novela. Sin embargo, la publicación de la misma se editó con el auspicio de la Oficina Municipal de Letras de la municipalidad de su ciudad natal: Caseros.

    En España fue merecedor del accésit del Primer Premio en Villa Joyosa, Alicante y finalista en el último certamen Hucha de Oro 2007 de Madrid. Recientemente, lo han invitado desde Puebla, México para integrar un antología de cuentos latinoamericanos. Su última novela El Río Voraz le valió el Primer Premio Ínsula del Ebro, razón por la cual estuvo de visita en tierras españolas. “Me han premiado por una novela musical” se jacta el autor. En verdad, hace referencia a aquella cuestión del ritmo literario, con la adición del candombe de los negros sudamericanos de la época de mil ochocientos veinte. Ambientada en el Río de la Plata, Elisa Brown, hija del conocido almirante andará su camino hasta encontrar su destino. “Este galardón me anima a ir por más”, comenta autoexigente.

    “Para escribir El Caballero Racional junté muchísimo material sobre el General San Martín”, cuenta Alberto. Sin dudas, el rigor histórico es una pieza fundamental en su obra. Probablemente, la novela sea publicada en España bajo el título de Caballos Rojos, en alusión a una de los sueños del libertador. Esta puerta se abrió a partir de su premio con El Río Voraz.

    Un premio para el alma se constituye con las composiciones que alumnos de sexto grado escribieron a partir de algún capítulo de su novela sobre San Martín. “Pedí que me dieran una copia de las composiciones al momento que preguntaba quién era yo para que esos chicos escribieran algo con base en mi novela”, comenta con asombro Sabaté. Una pregunta que lo embarga de responsabilidad. Él se exigirá hacer algo mejor de lo hecho. Aquélla misma pregunta afloró en Europa minutos antes de recibir el premio y hablar ante ciento cincuenta personas.

    Cambas Sabaté reflexiona: “Si todo terminase hoy, con el último sorbo de café, si lo que viví se resumiera aquí, dejando todo atrás, creería que estaría bien, porque me siento feliz”. Se siente la Cenicienta del Ebro.

    Gabriel Spinazzola - Septiembre 2008
    gabriel_spinazzola@hotmail.com

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    Más Seguridad para Villa Ballester

    Una nueva ola de crímenes despierta a la gente, que se junta para reclamar soluciones. El objetivo, volver a vivir como se merece.

    Mayo nos había consternado. Un contador, un hombre, un padre de familia, encontraba su destino en una muerte absurda, en un “homicidio en ocasión de robo” por Falucho al seiscientos de nuestra querida Villa Ballester.

    Otro mes, otro hombre, otro padre de familia, nuestra Ballester –Chacabuco al cuatro mil cien– se baña de sangre y lágrimas por otro asesinato. Un carnicero. Un desenlace absurdo, otra vez la muerte: “Matan a un hombre que impidió que se metieran en su casa” titularía el diario de mayor tirada del país.

    Llegó agosto, el empedrado de la calle Lacroze se transforma en testigo impotente de otro hecho lamentable y, nuevamente, absurdo: el asesinato de otro hombre, otro padre de familia, en otra tentativa de robo. “Matan de un balazo a un ingeniero que se resistió a un intento de asalto” lanzaron los clarines al viento en la página de policiales.

    Ballester se enluta. Vecinos autoconvocados marchan para pedir mayor seguridad. La prensa nacional se hace eco y nos muestra al país.

    El gobierno municipal se hace eco de los reclamos y de la presencia mediática que Ballester logra en un periodismo voraz que se fagocita a sí mismo pero que encuentran la venia de televidentes cautivos. Ya en el pasado el intendente Ivoskus había solicitado (y le enviaron) a efectivos de la Gendarmería Nacional para custodiar nuestras vidas. Fue luego de otras (las mismas) muertes y las respectivas (mismas) marchas.

    Un comunicado de prensa municipal nace rápido y persigue, en esencia, el doble objetivo de llevar algo de tranquilidad a la población y mostrar una ágil diligencia ante las autoridades provinciales. “Desde mañana habrá cien policías más en San Martín” se titula como solución. ¿Solución? El cuerpo del mensaje se desvanece en elogios por los treinta y cuatro móviles que el Municipio donó durante su la Gestión Ivoskus desde mil novecientos noventa y nueve a la fecha. Sin embargo, lo peor del mensaje es la falacia en la que se viste. No se confirma el número de efectivos, ni tampoco se dice si vendrán con móviles, menos se comenta de dónde se sacarían. ¿Serían horas extras? ¿Vendrían desde otras jurisdicciones? ¿Otra localidad tendría su baño de sangre?

    La seguridad interior es responsabilidad de las policías provinciales. En Buenos Aires, a falta de una, tenemos dos cuerpos de seguridad. Hago referencia a la “Buenos Aires Dos”, esos patrulleros relativamente nuevos grises y naranja, cargados de jóvenes en oposición a la “Bonaerense” histórica de azul y blanco en patrulleros y camionetas virtualmente destrozadas. Luego, en un abarcar más amplio, la seguridad también es responsabilidad de todos, de políticas de educación y salud, de la mentada distribución de la riqueza y de una verdadera inclusión social. De reglas claras que se hagan cumplir, de una justicia equitativa. Sin embargo, en lo inminente y en lo inmediato, tendríamos a los cien policías. Que restados los sumariados, los de parte de enfermos, los incompetentes, los desganados, da como resultado sólo el anuncio político.

    Habría un plan de crear una tercera fuerza de incumbencia municipal, con el objetivo de liberar el personal policial de las cargas municipales, como custodiar empresas clausuradas, y otras cuestiones de índole local menor. Pero el proyecto se estrella contra la necesidad de cambiar la Ley Orgánica de Municipios de la provincia de Buenos Aires. Sigue el proyecto como anuncio político.

    Sentir la inseguridad y tener la seguridad de que la inseguridad la seguiremos sintiendo, lejos de dejarnos en la quietud del que nada podemos hacer, debería llevarnos a exigirle a la dirigencia que supimos conseguir que debe tomar la decisión política de dejar de hacer anuncios y poner manos a la obra. El problema es muy complejo y requiere de un plan integrado, inteligente y por etapas. Atacando al flagelo hoy, y cambiando la realidad de la juventud, de los pablados de emergencia, de la percepción que tenemos de la (In)Justicia. Entran al juego el desarrollo de verdaderas políticas fiscales, de educación, de salud, de pleno empleo, económico-fiscales, de real integración social.

    Lamentablemente, por lo visto, por lo escuchado, por lo leído, seguiremos a la merced de nuestro destino, a menos que la necesaria, inminente, esperanzadora “decisión política” sea tomada.

    Gabriel Spinazzola - Septiembre 2008
    gabriel_spinazzola@hotmail.com

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    Aprendiendo a nutrirnos

    Durante el embarazo, esta etapa tan especial de la vida, las futuras mamás no sólo se ocupan de ellas sino también del bebé que crece en sus vientres. Es por eso que quisiera transmitirles algunos conceptos sobre una alimentación nutritiva para ambos.

    Hay alimentos que al consumirlos aportan nutrientes, pero hay otros que los quitan o impiden que se absorban. Para diferenciarlos de una manera clara los vamos a dividir en dos grupos: ALIMENTOS QUE NUTREN Y ALIMENTOS QUE DISNUTREN.

    ALIMENTOS QUE NUTREN

    · Vegetales crudos o con cocciones suaves (vapor, wok, horno)
    · Frutas frescas, secas y desecadas
    · Aceites de primera presión en frío
    · Hierbas y limón para condimentar
    · Cereales integrales y legumbres
    · Semillas de lino, girasol, sésamo, zapallo, amapola
    · Huevo y pescados
    · Carnes magras
    · Lácteos enteros
    · Levadura de cerveza virgen (sin sabor)
    · Infusiones de hierbas (mate, té)

    ALIMENTOS QUE DISNUTREN

    · Salvado de trigo (como agregado)
    · Grasas saturadas en carnes y fiambres
    · Grasas trans en margarinas y prácticamente todos los productos industrializados
    · Sustancias químicas, los “antes”: conservantes, colorantes, espesantes, etc
    · Gaseosas y jugos
    · Café y té negro después de las comidas
    · Exceso de espinaca y acelga
    · Antiácidos
    · Azúcar, harinas y cereales refinados (blancos)
    · Edulcorantes artificiales y productos 0%
    · Exceso de sal o productos salados

    Empezar un camino hacia una buena nutrición durante el embarazo es el mejor regalo que le pueden hacer a su bebé.

    Lic. Alejandra Cinquemani - Septiembre 2008
    Nutricionista - Medicina Naturista
    4768-2101
    alejandra_cinquemani@hotmail.com

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    Diálogos sobre la vida y la muerte

    Diálogos sobre la vida y la muerte, un libro que se reflexiona una y otra vez, una consulta necesaria de tiempo en tiempo, un ejercicio útil sobre la muerte mientras aún estamos vivos, claro está.

    Llegué a Diálogos sobre la vida y la muerte buscando algo que no se debe buscar: explicaciones. Los seres queridos cuando marchan dejan un agujero imposible de llenar. Para peor, intentamos llenarlo con razones que no existen, de broncas infértiles y dolores profundos.

    De todos modos, abrigaba el deseo de poder encontrar un algo, una frase, un párrafo que me ayudara a borrar mis lágrimas del ayer, que actuara como un cicatrizante capaz de cicatrizar el pasado, a pesar de que Liliana Heker bien advierte en su prólogo: “Y si bien el lector no descubrirá en estás páginas ninguna pista de lo que avistará más allá, es probable que encuentre algunos elementos para reflexionar sobre su estar acá. De eso justamente se trata”.

    Mi estar acá me empujó a retomarlo y releerlo. Fue entonces cuando le di la derecha a la autora. La elección de entrevistados y su excelente preguntar generan en cada diálogo una oportunidad para adentrarse a un pensar, combinando el humor, el intelecto, la ciencia y la literatura.

    De primera aparición en 1980, Heker lo complementó para esta edición del nuevo milenio con más entrevistas. Convergen en las páginas, y algunos divergen en los conceptos: Jorge Luis Borges, quien no necesita presentación; Marcelino Cereijido, doctor en medicina; María Lucila Pelento, profesora de Filosofía y Pedagogía; Roberto Fontanarrosa, creo que tampoco es necesario presentarlo; Alfredo Gazzano y Terencio Gioia, doctores en medicina; Álvaro Saurí, médico dedicado a los cuidados paliativos; Ana María Shua, novelista y cuentista; Severino Croatto, profesor de Filosofía, de Historia de las Religiones y de Religiones Comparadas; Eduardo Pavlovsky, dramaturgo, actor y médico con formación psicoanalítica; Abelardo Castillo, cuentista, novelista, dramaturgo y ensayista, quien algún día no necesitará presenación.

    La responsable de las revistas literarias El Escarabajo de Oro y El Ornitorrinco nos ofrece la posibilidad de enfrentarnos a un tema por demás interesante, movilizador y porqué no, fantástico.

    Comienza Borges diciendo: “¿La palabra muerte? Me sugiere... una gran esperanza. La esperanza de dejar de ser. Yo estoy seguro, como mi padre, de morir cuerpo y alma. A veces me siento un poco desdichado –a todos nos pasa–; sobre todo un hombre que está solo, que está ciego, que tiene desde luego algunos preciosos amigos, pero no muchos, un hombre tímido como yo; a veces me siento triste. Pero me consuelo pensando: sí, es cuestión de esperar. Voy a morir y voy a cesar, y qué más puedo querer que eso, qué cosa más grata puede haber que la muerte, que se parece tanto al sueño, que es quizá lo más grato de la vida.

    Termina él citando a Lucrecio y su poema De Rerum Natura: “la gente piensa ‘voy a morir, el mundo sigue, los hombres siguen, qué horror’, pero no piensa: ‘qué horror, yo estaba muerto durante el sitio de Troya’. Él dice eso: si a nadie le duele no haber estado presente en el sitio de Troya qué importa que no esté presente en las próximas guerras”.

    Diálogos sobre la vida y la muerte, un libro que se reflexiona una y otra vez, una consulta necesaria de tiempo en tiempo, un ejercicio útil sobre la muerte mientras aún estamos vivos, claro está.

    Gabriel Spinazzola - Septiembre 2008.
    gabriel_spinazzola@hotmail.com

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